viernes, 1 de junio de 2012

‘Poder y medios de comunicación’, un debate para la reflexión


El domingo 27 de mayo se realizó en el Parque del Retiro el debate ‘Poderes económicos y medios de comunicación’ organizado por el grupo de Economía de Sol.
31_comunicacion_generalAspecto de la reunión del grupo de economia durante el debate “Poder y medios de comunicación”. ©Paula Guerra
En el encuentro se abordaron temas como la información manipulada que publican los medios de comunicación españoles sobre América Latina, la situación actual de RTVE y la negativa de los sucesivos gobiernos del PSOE y el PP de respetar el ‘derecho de acceso’ a grupos políticos y sociales significativos.
En un artículo sobre el control de los medios de comunicación, el lingüista y filósofo estadounidense, Noam Chomsky, recordaba el concepto de ‘rebaño desconcertado’, término acuñado por Walter Lippmann, decano de los periodistas norteamericanos durante el siglo pasado. Lippmann se refería así a esa inmensa mayoría de la población cuyo deber consistía en ser espectadora de la democracia y no un agente activo de ella. Chomsky afirma en su artículo que, “para evitar que el ‘rebaño desconcertado’ brame y pisotee hay distraerlo”, señalando que para ello sólo “será cuestión de conseguir que los sujetos que lo forman se queden en casa viendo partidos de fútbol, culebrones o películas violentas (…)”.
Contra esa ‘democracia del espectador’ vienen luchando desde hace tiempo en España una serie de movimientos sociales, obstinados en convertir a los ciudadanos en protagonistas del quehacer político y social del país. En esta línea, el domingo 27 de mayo el grupo de Economía de Sol, del movimiento 15M, organizó en el Parque del Retiro el encuentro ‘Poderes económicos y medios de comunicación’, debate que contó con la participación de los periodistas José Manuel Martín Medem, codirector de Crónica Popular y corresponsal durante más de 30 años de RTVE; Pedro Soler, trabajador de RTVE y miembro del Consejo de Informativos de este medio; y Roberto Montoya, especialista en política internacional, con experiencia en prensa, radio y televisión.
El debate lo inició Martín Medem con una crítica tajante: el conjunto de la izquierda española presenta una incapacidad histórica para tomar conciencia sobre la importancia de “la batalla de la comunicación”. Y mencionó un ejemplo reciente de ello: en febrero de este año las dos grandes centrales sindicales constituyeron la ‘Plataforma en defensa del Estado de bienestar y los servicios públicos’, sin incluir en esta demanda la lucha por unos medios de comunicación independientes y plurales. El error es grave, afirma Medem, “porque es imposible llevar a cabo una ofensiva de ese tipo sin un soporte de comunicación que la respalde”.
En muy raras ocasiones se incluyen al mismo nivel de la Educación y la Sanidad ámbitos como la justicia, la seguridad y la comunicación. Sin embargo, recordó Medem, para llevar a cabo medidas tan drásticas como ‘precarizar’ el mercado del trabajo, bloquear las pensiones, imponer reformas laborales y privatizar parte de la Sanidad y la Educación, “el poder económico, junto sus cómplices del bipartidismo, necesitan secuestrar los servicios públicos de seguridad para reprimir al que proteste; la justicia, para penalizar al que se movilice; y, sobre todo, necesitan la comunicación para evitar la formación de una conciencia crítica que denuncie y demuestre que hay otras alternativas”.
La información manipulada
Desde este punto de vista, la información entendida como un servicio público se vuelve imprescindible. El control de los medios de comunicación por parte de los grandes grupos económicos plantea una realidad única e interesada sobre los acontecimientos. Basta observar la lista de accionistas de los grandes grupos mediáticos españoles para comprender por qué todo aquello que se enfrente al modelo económico dominante será silenciado o castigado, y por qué difícilmente las informaciones referidas a movimientos sociales como el 15M contarán con un tratamiento plural y honesto.
31_comunicacion_medemJosé Manuel Medem; codirector de Crónica Popular. ©Paula Guerra
En esta línea, Roberto Montoya afirmó que, además de los accionistas, “muchas de estas empresas de comunicación están endeudadas con el BBVA o con el Santander o con la Caixa”, lo que las convierte en presas de sus intereses: “Cuando estas compañías multinacionales se enfrentan a conflictos pueden utilizar estos medios para definir su línea editorial en un determinado sentido”.  Es por este motivo que los medios de comunicación, lejos de convertirse en ese cuarto poder que vigila al Estado, son, en realidad, empresas que defienden intereses económicos y políticos: “Sí, representan un cuarto poder, pero un cuarto poder que no está al servicio del ciudadano”.
Por otro lado, en un escenario como el de España, en el que coexisten diversos medios de comunicación, se corre el riesgo de creer que existe un escenario mediático plural y, lo que es más grave, en opinión de Montoya, se “digieren” muchos contenidos provenientes de medios “supuestamente de izquierda o de centro izquierda”.
Como ejemplo de ello, el periodista señaló el caso del Grupo Prisa “que se ha beneficiado de una aureola de centro izquierda que le quedó de su nacimiento, lo que hace que mucha gente siga considerando a El País como un medio de referencia, sin considerar los intereses actuales que tiene este periódico, ni a quién representa”. Para respaldar su afirmación, Montoya citó a dos de los actuales accionistas de este periódico: el Grupo Liberty, un fondo de inversiones de Nueva York, y el mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo según la revista Forbes, del que es asesor el ex presidente del Gobierno español, el socialista Felipe González.
Los medios españoles y América Latina
El área de política exterior, sobre todo el referido a América Latina y el Caribe, es donde los medios españoles más “tergiversan y manipulan”, según la opinión de Montoya, para quien la explicación es bastante obvia: Desde los años 90 América Latina y el Caribe representan un gran interés económico para España.
En aquella época, el boom económico español incluyó la privatización de una serie de de empresas públicas, que, convertidas en grandes multinacionales “se fueron a hacer la segunda conquista de América Latina y el Caribe, a tal punto de hacerse con el control de la mayoría de las empresas de luz, gas, y también con el negocio de inmobiliarias y editoriales”, ofensiva que habría contado con la “complicidad” de los gobiernos ultraliberales que siguieron a las dictaduras latinoamericanas.
El interés económico de España en esta región se ve permanentemente reflejado en el tratamiento informativo del Grupo Prisa, uno de los grupos mediáticos con más intereses económicos en la región. Prisa controla el 87% del Grupo Latino de Radio, (que incluye 300 emisoras en países como Colombia, Chile, Panamá y Costa Rica); en México posee el 50% de Radiopolis, emisoras que pertenecen al influyente Grupo Televisa; y en Brasil tiene presencia a través de Editora Moderna. Todo ello, sin mencionar la ‘joya de la corona’ del Grupo, la editorial Santillana, que edita los textos escolares de la mayor parte de los países de América Latina, con excepción de Bolivia y Venezuela, que optaron por sacar a Santillana de la edición de libros de textos.
El ejemplo emblema de la manipulación mediática sobre América Latina es, sin duda, lo ocurrido con el golpe de Estado en Venezuela en 2002. El entramado de intereses económicos que multinacionales españolas, y los propios grupos mediáticos, tienen en ese país, explica por qué los medios de comunicación, en especial los del grupo Prisa, apoyaron el golpe de estado contra Chávez. Aún hoy se recuerda el editorial que para la ocasión publicó El País. Titulado “Golpe al caudillo”, el texto trataba a Chávez de “caudillo errático, “ex golpista” y  “autócrata peligroso para su país y el resto del mundo”, entre otras cosas.
31_comunicacion3Pedro Soler, periodista de RTVE; Roberto Montoya, especialista en periodismo internacional y José Manuel Medem, co-director de Crónica Popular. ©Paula Guerra
Montoya recuerda que también arreciaron críticas hacia Chávez cuando, hace dos años, se abrió la licitación de un tercer canal privado en Venezuela y éste decidió incluir una cláusula que impedía que los accionistas extranjeros superasen el 25% del capital.  Los medios del Grupo Prisa y del Grupo Planeta (accionista mayoritario de Antena 3 TV), otro de los interesados en la licitación, criticaron duramente la decisión. Los medios españoles también criticaron a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, cuando decidió quitar al BBVA y al Santander la gestión de los fondos de pensión en Argentina. Por el contrario, países como Chile y Colombia, de clara tendencia neoliberal, suelen recibir elogiosos editoriales en los medios españoles, en los que suelen abundar conceptos como “responsabilidad” y “democracia”.
El pronóstico de Montoya es claro: “Si España comienza a tener intereses económicos en China empezaremos a ver artículos y reportajes en los medios de comunicación españoles sobre las maravillas de China y el gran país democrático que es”.
RTVE y el ‘Derecho de acceso’
Frente a este panorama de continuo falseamiento de la información, y partiendo de la premisa de que no hay muchas razones para el optimismo, Pedro Soler, periodista y miembro del Consejo de Informativos de RTVE, comentó que en RTVE “nunca habíamos estado mejor en términos de aceptación social, de una percepción ciudadanía acerca del servicio que deberían jugar las radio y televisiones públicas”.
En opinión de Soler, esta casa televisiva ha avanzado grandes pasos en la lucha por la neutralidad y la profesionalidad, aspecto en el que jugaría un importante rol el Consejo de Informativos, cuyo fin es velar por la independencia editorial.
Sin embargo, frente a la positiva percepción ciudadana y los pasos avanzados, se produce el choque con la realidad: el recorte presupuestario de RTVE en mil millones de euros y la configuración de un gran duopolio televisivo que, en opinión de Soler, va a concentrar y acaparar el poder, la publicidad y los beneficios, relegando a una mínima expresión el papel de los medios públicos de comunicación.
En opinión de José Manuel Martín Medem la recuperación y validación del rol que desempeñan las radio televisiones públicas pasa por reconocer el ‘Derecho de acceso’: “El artículo 20 de la Constitución dice que la ley garantizará el acceso de los grupos políticos y sociales significativos a los medios de comunicación de servicio público”.
Medem agregó que “este derecho nunca se ha aplicado tal y como la constitución lo establece” y que “las mayorías que han controlado los consejos de administración de las distintas empresas de radiotelevisión pública, mayorías del PSOE y del Partido Popular, con la complicidad del PNV y de CiU, simplemente han decidido no cumplir la ley”. Y añadió una autocrítica: “Ni los pequeños partidos (que no se benefician del bipartidismo), ni los sindicatos ni los grupos sociales hemos sido capaces de reclamar este derecho de manera contundente”.
Al finalizar su alocución, Medem puntualizó: “En estos momentos, la única posibilidad de que consigamos que el ‘derecho de acceso’ pueda ser una realidad está en el 15M”, en tanto se trata de un movimiento social que “cuenta con todas las credenciales para reclamar ese derecho constitucional”. Agregó, además, que “por sus características de pluralismo, diversidad y riqueza”, el tema de la comunicación es fundamental para el 15M: “Le ayudaría a conectar con un país que está muy sensibilizado con las barbaridades que nos están obligando a sufrir”.
Crónica Popular

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