lunes, 21 de enero de 2013

INDIFERENTES ANTE EL HAMBRE. La acción, el lenguaje y el sentido de la vida

Personas recogiendo alimentos en un contenedor. Una imagen habitual

¿Tú crees que, “La vida no es más que una sombra… un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, que nada significa”? Eso escribió Shakespeare en boca de Macbeth. 
El 26,5% de los niños y las niñas de España viven en la pobreza, y sólo hacen una comida al día; es el dato oficial aportado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El 26,5% de los niños y las niñas…
Se me ocurren dos apuntes, la primera para nosotros, pueblo: “Quienes no sienten que una grave enfermedad les aqueja están mentalmente enfermos”, es un aforismo de Hipócrates; la segunda es sobre los capitalistas y sus gobiernos: todo el poder con que cuentan está muy sobrevalorado, no son capaces de penetrar en el interior de las cosas sean las que fueren.
El 26,5% de los niños y las niñas españolas sólo hacen una comida al día, padecen hambre. Pero esto, dicho así, es muy grave y/o es no decir nada. ¿Qué conflictos tenemos con el lenguaje cuando resulta tan vacío que no nos mueve? Hacen falta otras formas de decir,  aunque para decirlo de manera diferente primero tenemos que haber llevado a cabo nuevas experiencias, y previamente habrá que plantearse dudas, preguntas, ¿quién?, ¿quiénes?, ¿por qué?
 El lenguaje no va a expresar sentimiento alguno sobre la realidad del momento si no tenemos experiencias sociales nuevas, y necesitamos la fuerza subjetiva que se extrae de la lucha social, eso que es el aprendizaje por tratar la realidad social. Se dice: la acción es la que transforma, la palabra nombra. Y, sin embargo, son complementarias y aclaratorias, extraen conocimiento y lo hacen ver, engarzan una con otra, se anudan con la vida vivida y dan a conocer el sentido de ésta.
Sólo nuestros actos sobre la realidad nos darán una percepción nueva del lugar en el que nos encontramos, una nueva conciencia de nuestra situación y de los siguientes pasos a dar.
Participar en el tiempo en que vivimos y sumarse a las filas de quienes combaten a esos que impiden traer un tiempo de justicia, da vida al lenguaje, expresará de manera viva, significativa, las causas y los porqués; el mismo lenguaje dará miedo a esos que ahora siembran el hambre, el mismo lenguaje perseguirá a los causantes del hambre del 26,5% de los niños y las niñas del estado español, y no leeremos o escucharemos la frase de Shakespeare en Macbeth: “La vida no es más que una sombra… un cuento narrado por un idiota, lleno de ruido y furia, que nada significa”, sin negarla, sin rechazarla, sin pensar que es mentira, sin saber que el sentido de nuestra vida se encuentra en el centro de nuestra conciencia.
Ramón Pedregal Casanova

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