viernes, 20 de septiembre de 2013

El bochorno que sentimos los ciudadanos y la dimisión de Cospedal y Tirado: DIEZ CONSIDERACIONES

Dolores Cospedal en el Palacio de Fuensalida
Por mucho que procuren generar un estado de amnesia y trastocar nuestro sistema básico de valores, en el cerebro social de los españoles lleva meses bullendo una sensación de bochorno e indignación hacia el actual gobierno de España. Mentiras, apaños, camuflaje, ocultación y borrado de pruebas, comparecencias ante la justicia, prisión, millones de euros en paraísos fiscales, donaciones ilegales, serios indicios de cohecho, disimulos en exceso obvios, mínimas o muy escasas explicaciones ante el Parlamento y ante los ciudadanos...Todo lo cual produce ya una sensación de nausea generalizada si, además, tenemos en cuenta:

1.- Que un gobierno recibe de los ciudadanos su confianza y su dinero para que los administren de la mejor manera. Que el dinero que manejan los gobiernos no es su dinero. Que la confianza que reciben no significa sumisión de quienes la otorgan y que es el gobierno quien debe rendir cuentas ante los ciudadanos y no los ciudadanos ante el gobierno.

2.- Que, desde el nacimiento de disciplinas de comportamiento social como la moral y la ética en la antigua Grecia, se han sucedido siglos en los que se ha asentado, al menos en los llamados países civilizados, una doctrina sobre los hechos morales e inmorales, lo correcto y lo incorrecto, la virtud y el deber. Y, además de todo ello y como colofón, la justicia.

3.- Que un gobierno democrático, en el que los ciudadanos depositan su confianza, debería ser y parecer absolutamente escrupuloso y ejemplar en mostrar y demostrar su honestidad, ser honesto y parecerlo. Ser el ejemplo ante los ciudadanos, lo que significa un elevado grado de comportamiento intachable, insobornable, el espejo modélico de la decencia.

4.- Que, sin embargo, resulta bochornoso para los ciudadanos el espectáculo de gobiernos como el de Rajoy o Cospedal que ni parecen honestos ni son capaces de demostrarlo, mucho más cuando ellos mismos están exigiendo a los ciudadanos sacrificios tan estrictos, con un mínimo margen de humanidad, tanto a nivel social, con el aniquilamiento de servicios básicos, como a nivel personal y humano con ejemplos de ciudadanos que llegan a suicidarse cuando les comunican un desahucio: prefieren quitarse la vida antes de quedarse, ellos y sus hijos, sin hogar y sin techo.

5.- Que un gobierno, en el que los ciudadanos hemos depositado nuestra confianza y nuestro dinero, debe cumplir su programa electoral a rajatabla porque ese fue el contrato con el que acudieron a las urnas.

6.- Que este gobierno no sólo ha incumplido ese contrato con los electores sino que, además, ha traspasado todas las líneas rojas que ellos mismos aseguraron, en sus comparecencias ante los ciudadanos, que no traspasarían nunca: Sanidad, Educación y Pensiones.

7.- Que esos incumplimientos ya son suficientes para, siendo honestos, presentar su dimisión: "señores, lo sentimos, no hemos podido o no hemos sido capaces de cumplir nuestras promesas por lo cual no nos sentimos con el derecho ético y moral de seguir administrando su confianza y su dinero".

8.- Que, lejos de presentar su dimisión, el gobierno de Rajoy y de Cospedal dan toda la sensación de incumplir su programa no por que no puedan hacerlo sino porque acudieron a las urnas con otro programa, el verdadero y oculto programa, en ocasiones exactamente contrapuesto al que presentaron ante los electores.

9.- Que, llegados a este extremo, somos los ciudadanos quienes debemos exigirles que se vayan, que convoquen elecciones limpias, sin "pucherazos" como el que pretende Cospedal en Castilla-La Mancha y se establezcan mecanismos para que los electores puedan controlar periódicamente a los elegidos y pedirles cuentas si no cumplen con sus programas o se desvían lo más mínimo de los objetivos marcados.

10.- Que esta situación de deterioro no puede durar más tiempo, confiando únicamente los equipos económicos del gobierno en una recuperación basada en el enorme negocio que ahora mismo supone "comprar España" o una buena parte de España a precios de saldo.

Vicente Tirado, secretario del PP en Castilla-La Mancha fue acusado por Bárcenas de estar implicado en el cobro de una comisión de 200.000 euros a cambio de un contrato, un dinero del que el ex gerente del PP mostró recibo y que la propia Cospedal reconoció haber utilizado para la campaña electoral. Ahora, la fiscalía anticorrupción ha pedido detalles de esta operación antes de llamarle a declarar.

Todo lo dicho es aplicable a Tirado y, por supuesto, a Cospedal.

www.dclm.es

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