sábado, 2 de agosto de 2014

"Incrisalizando". El concepto.

Hace unos tres años me invadió un fuerte deseo de volver a participar en la política y contar, a quienes quisieran escuchar, que deberíamos abandonar -romper- el discurso del sistema para encarar la problemática social que nos imponen.

Por aquel entonces, elaboré una especie de carta fundacional de una iniciativa que llamé Legado Social y que, en mi opinión, contiene muchas de las claves que, en muy poco tiempo, se han revelado como las exigencias básicas para encarar la salida a la mayoría de las crisis que se han fabricado, siguiendo un patrón de conveniencia.
Congratula el ver que, desde esas premisas básicas, reclamándolas desde lugares distintos y por actores diversos, ha habido un temblor sísmico que ha sacudido algunas estructuras del país.
Han crecido organismos que no han sido "inseminados artificialmente". Los han generado la cultura y la necesidad. En el legado social, explicaba que, el arma de transformación social más importante -muy por encima del dinero- lo son la capacidad intelectual y la necesidad unidas, bien entendidas ambas, por supuesto.
El dinero tiene más poder de deconstrucción que de construcción, justamente, por estar en manos de quienes está. Esa es una de las crisis...
Es verdad, cuasi científica, el que, la política española, está en proceso de "incrisálida", y lo está porque alguien ha parado un proceso evolutivo y lo ha revertido. No nos dirigimos a la mariposa, nos conducen al gusano.
No estamos "incrisalizados" por casualidad ni por maldición divina. Lo estamos por inseminación artificial.
Pero, dicho esto, hay que añadir a continuación: no es lo mismo tener una granja que vivir como un cerdo. Entre otras cosas porque, la granja, pudiese ser de conejos o cocodrilos.
Salgamos de la granja para observar -mejor- a los cerdos.
Supongamos que somos un poderoso ente perverso, universal, que tiene como objetivo el que la humanidad no progrese, en determinadas direcciones, o lo haga a un ritmo infinitamente inferior al visto. Hablo, por ejemplo, de ciencias o tecnología. Retrasar esos avances reportaría, a ese ente perverso, la posibilidad de controlar la mayor parte de los recursos finitos y renovables pero tendría que hacerlo de forma sutil o subterránea.
¿Qué hacer? ¿Qué haría el ente perverso...? ¿Adivinan cómo...?
Mintiendo.
Pervirtiendo el lenguaje y los conceptos.
¿Qué pasaría en la medicina o en la tecnología si, quienes tienen la obligación de explicar -con conceptos claros y exactos- cada uno de los términos en los que se desenvuelven los estudios, los avances y descubrimientos, no usan los términos adecuados a cada asunto? ¿Habríamos llegado a donde nos han traído los avances sociales y técnicos?
La respuesta es evidente.
En política sucede lo mismo, por inseminación artificial y porque hay un ente perverso que lo financia, lo protege y lo expande.
Todo ello ha posibilitado el que se considera a Marhuenda un periodista y a Cospedal -u otr@s delicuentes de parecido pelaje- una persona con derecho a ocupar instituciones públicas; que Tele 5 tenga subyugada a una parte importante de las granjas; que Cebrián y su criatura puedan salir a la calle casi como si lo mereciesen; que el PP no esté ilegalizado y sus principales pistoleros cobren salarios públicos y se rían en privado; que Felipe pase por socialista o el Psoe por un partido de izquierda, o que un degenerado pueda ocupar la presidencia de un gobierno de España o Catalunya. Esta es otra de las crisis.
Ahora, ya "incrisalizados", pretenden hacernos caer en una trampa en la que cuesta no caer porque, comer hay que comer. Y hablo de la economía de las personas, de las herramientas de comer.
Estamos en plena fase de generación de la crisis. Todavía se está construyendo la crisis, no luchando contra ella. Las consecuencias peores de esta deconstrucción de la economía y de lo público están por manifestarse, porque pasaremos de la fase de no querer financiar lo público a no poder hacerlo por falta de recursos. Ese es el siguiente paso, y les vendrá al pelo, tanto si pierden como si ganan las próximas elecciones, si las hay.
Es posible una revolución porque se hace lo posible para que nos levantemos a tomar por asalto las instituciones para poder aplastarnos, como en Gaza, sin ir más lejos.
Siendo esa la trampa principal, la que subyace es, que dediquemos todo nuestro empeño a discutir de economía y de puestos de trabajo, por eso toda la niebla -mentiras- que se suelta en "los medios" conduce a ese objetivo.
Romper ese discurso es esencial.
La situación económica es una consecuencia de la falta de democracia. Por eso, desde las instituciones y los medios, no se habla más que de "economía".
El ser perverso intenta colocar en primer plano el concepto que utiliza para que amanezcamos gusanos.
Pervierte el concepto para que no avancemos.
No se trata de la economía. Es la democracia. La falta de democracia.
El pueblo, gobernado por el pueblo, en interés del pueblo. Esa es la cuestión.
El concepto.
En el plano político español comienza a verse, con claridad, una respuesta a las crisis que no está controlada por el sistema. Esta respuesta es multipolar y multiespacial. Es una respuesta democrática, en fase creciente.

José Cagiao 

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