sábado, 27 de septiembre de 2014

LOS BURGUESES Y LOS ÁRBOLES.


Decía el padre Arzallus que el mundo de ETA (los chicos de la gasolina) agitaba el árbol y ellos recogían las nueces.
Ahora Pujol, dice que tirando de la rama, se puede arrancar el árbol. Pues mire usted, si el árbol está bien enraizado, solo se desgajará la rama.
El vasco lo tenía más claro que el catalán.
Valcárcel I “el magnífico”, era más de ventilador, cuando aparecieron las primeras corruptelas, dijo (más o menos): “Si ponemos en marcha el ventilador, vamos a terminar todos llenos de mierda”. El caso es que, de todos los asuntos turbios de la Región de Murcia (que son muchísimos), solo un alcalde es del PsoE (amigo de Juan Antonio Roca de Cartagena-Marbella). “El magnífico”, está siendo investigado y puede que lo imputen en una corrupción urbanística.
Siempre se ha dicho que los árboles hay que enderezarlos de chicos. Pero hay árboles que su crecimiento es recto y no precisan tutor. Pongamos, los cipreses. Por mucho que tires de la rama de un ciprés, no lo vas a arrancar.
De un tiempo a esta parte y en España, lo que está bien enraizado, es la corrupción. Los brotes verdes, son los de la corrupción galopante.
Cuando mediante una ley lo que es éticamente reprobable se convierte en legal, no deja de ser corrupción. Artículo 135 de la cuchufleta constitucional; PPSOE.
Puertas giratorias.
Como consecuencia de haber beneficiado desde las instituciones a determinadas personas, luego el político es “contratado” en empresas relacionadas. Eso, es corrupción.
Lo que ocurre es que, en lugar de árboles, estamos hablando de malas hierbas. Las malas hierbas, son difíciles de erradicar; necesitaríamos muchos litros de glifosato. Con  el tiempo y glifosato, los agricultores de mi zona, han eliminado las hierbas de sus bancales; no se encuentra ni una brizna en muchos de ellos.
Para eliminar los árboles bien enraizados, primero hay que cortarlos por el tronco, después, con  una retroexcavadora potente, se arranca el tocón. Una vez se ha limpiado la zona, se hace plantación nueva.

Los árboles, necesitan cuidados y uno de ellos, es la poda. Si un árbol no se poda, su madera de va endureciendo y termina por secarse; de la madera endurecida, salen pocos brotes. Con la poda, el árbol siempre tiene madera nueva y crece vigoroso. Si cuando empezaron a emerger las corruptelas se hubiera actuado con celeridad cortando las ramas podridas y echándolas al fuego, tendríamos una arboleda sana. La contaminación es tan grande que, para sanear el sistema, se precisa arrancar lo que hay y hacer plantación nueva. 

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