sábado, 6 de septiembre de 2014

PUCHERAZOS A LA CARTA. LA REGENERACIÓN AUTOCRÁTICA DEL PP

Rajoy tropieza con la democracia con su Reforma Electoral
La medida estrella que este verano han ido madurando los estrategas del PP se llama cambio unilateral del sistema de elección de alcaldes, esto es, la reforma de la Ley Orgánica de Régimen Electoral para que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada. Su regeneración democrática, que Ernesto Elkaizer, en funciones de tertuliano, tilda de degeneración democrática, consiste en la elección directa de alcalde y que éste sea el que encabece la candidatura más votada, aunque la suma de las candidaturas restantes ronde el 70% de los votos emitidos. Y tienen el cinismo de apostillar que esa medida va a ser aplaudida por la ciudadanía. Si acaso lo será por sus "feligreses" pero no por los demócratas. Solo a un lerdo se le escapa que esta estrategia de trilero político que el PP pretende imponer en solitario, tras haber lanzado globos sonda y no haber seducido al PSOE, no persigue otro objetivo que conservar el poder municipal, muy amenazado según los resultados de las europeas y las últimas encuestas publicadas. Con la extrapolación de los últimos resultados electorales al ámbito municipal, el PP perdería buena parte de las alcaldías que tienen actualmente.
Ya conocemos la inexistente vocación de servicio público que tiene el PP. Un partido que gobierna incluso en fraude flagrante con sus propios electores por el incumplimiento sistemático del programa político por el que fue elegido (el contrato).Sabemos también que en el bipartidismo, salvo excepciones, a los partidos les preocupa fundamentalmente la perpetuación en el poder y su sumisión al dinero que los alimenta y para el que trabajan. Con tan burda medida de cambio de las reglas de juego a mitad del partido, a muy pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas, Mariano Rajoy quiere evitar perder, entre otros, el ayuntamiento de Madrid, que simbolizaría su fracaso y su derrota.
La regeneración democrática del partido que más casos de corrupción alberga en su seno puede llevarnos al absurdo de que una derecha minoritaria gobierne consistorios mayoritariamente de izquierdas; a que, con un 34% de votos, el PP gobierne sobre un 66% de votantes que han optado por formaciones en las antípodas de su ideología conservadora. A través de subterfugios democráticos (el PP sigue teniendo una mayoría suficiente en el parlamento, fruto del desencanto, que le permite esta y otras maniobras, claramente antidemocráticas, leyes lesivas que torpedean las bases de nuestro sistema democrático basado en los acuerdos y en las mayorías en torno a programas mínimos) se iría al garete uno de los fundamentos: el sistema parlamentario que rige en los ayuntamientos y permite elegir a los alcaldes y es el mismo que se aplica en el ámbito autonómico y estatal. Legislando ad hoc, el PP, que no tiene con quien pactar excepto el PSOE (y esa sería la inmolación del partido fundado por Pablo Iglesias, el viejo, no el de la coleta), pretende una reforma de las leyes electorales municipales que nadie nos garantiza no generalicen al plano autonómico (reforma electoral aprobada en solitario por Cospedal, iniciativas en Galicia, Baleares, Murcia…) y estatal para seguir gobernando para ellos y sus intereses.
Puestos a cambiarlo todo a su conveniencia, imagino que el PP suprimirá también los plenos municipales ya que estos harán inviable el gobierno de los alcaldes electos bloqueando todas sus iniciativas, entre ellas los presupuestos, y eliminados los plenos podrán extrapolar su democrático sistema al conjunto del estado suprimiendo, por la misma regla de tres, las funciones del congreso de los diputados y del senado.
Con el actual rodillo parlamentario en sus manos, el PP sigue arrasando con los principios democráticos de este país, que han sido válidos hasta que estos politicastros indignos han sentido peligrar las sillas bajo sus culos. Habrá que pararles los pies con todos los medios a nuestro alcance, en las instituciones y en la calle, porque el PP, como bien dice Ernesto Elkaizer, lleva mucho tiempo degenerando la política y su última iniciativa es un golpe de estado democrático contra la democracia.

Plumaroja

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