martes, 7 de octubre de 2014

PARA LLEGAR LEJOS.

Antonio Rodriguez Rubio
En cierta ocasión, iba un labriego de Librilla a Alcantarilla con una carga de oliva en las aguaderas que llevaba una burra. A la salida de Librilla había un vecino y le preguntó que en cuántas horas podría llegar a Alcantarilla. Depende, contestó el vecino; si va despacio, unas cuatro horas, si va ligero, el doble. El labriego siguió sonriendo y pensando que el vecino había perdido la cabeza. Hizo que la burra iniciara un trotecillo de tal manera que se desajustó la carga y las olivas cayeron al suelo; se tuvo que poner a recogerlas.
O como decía Napoleón Bonaparte: “Vísteme despacio que tengo prisa”.
Para llegar a la situación de miseria en la que nos encontramos, se planificó en los 70; son cuarenta años los que ha tardado en afianzarse. No es peccata minuta.
Sin llegar a una quiebra constitucional, tardaríamos varios años en revertir la situación. Con cauces democráticos, la cosa se presenta ardua. Una revolución armada, es inviable porque el ejército está con los sables preparados.
“La unión hace la fuerza”; que reza el dicho.
Cayo Julio César utilizó con profusión la máxima: “Divide y vencerás”. Le fue bien, tengamos en cuenta que solo lo frenaron asesinándolo.
Los plutócratas y valiéndose de todas las herramientas de que disponen, han dividido a la sociedad. Han puesto a funcionar la centrifugadora.
La competitividad dentro del grupo, si en un determinado momento puede beneficiar, a la larga, termina por destruirlo. El sistema educativo ha propiciado la competitividad en detrimento del grupo. No se enseña a los alumnos a trabajar en grupo.
La derecha y las izquierdas; el singular frente al plural.
¿Qué saldría hoy de unas elecciones generales? ¿Cómo se formaría una mayoría de gobierno? ¿Contaría el partido del pajarraco con los nacionalistas periféricos?
Hay demasiados gallos en el gallinero.
Y los gallos, se pelean…, va ganando el gallo negro. Los otros animales de la granja, están expectantes; las gallinas cacarean sin cesar. El pastor, apacienta a sus ovejas; valiéndose de los perros, las mantiene en el rebaño. Más fuertes que los perros, son los lobos (que también hay).
Las hienas aventajadas, usan tarjetas negras. Todos los carroñeros del predio, se disputan el banquete. Es que no hay armonía en la granja.
De vez en cuando, nos sale un mesías, un salvapatrias.
No soy de patrias, ni grandes ni chicas. Soy de personas e ideas. He abdicado de parte de mi ideal para confluir con otros. Si por mí fuera, ya habríamos tomado el Palacio de Invierno. Bolchevique soy, que no menchevique.
Cuando tendemos puentes de confluencia, siempre por parte interesada son dinamitados; hay demasiados dinamiteros.

No es mi caso porque mi incorporación a IU fue tardía. Pero ha habido personas del PCE que han entregado su vida (o parte de ella) luchando contra el franquismo. Para llegar al lugar que estamos, ha habido personas que han conquistado unas libertades que ahora paulatinamente nos están quitando; en memoria de ellas, invoco a la unidad. La unidad que nos ha de llevar a la libertad, a no ser un pueblo de bueyes. La libertad se ha sacrificado a los dioses paganos de los plutócratas; el altar del sacrificio, está manchado de sangre. Desahuciados de la vida que se suicidan al ser desahuciados. Personas que mueren por falta de atención sanitaria. El altar del sacrificio. 

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