miércoles, 15 de octubre de 2014

SORDINA. (Parábola).

Antonio Rodríguez Rubio
La sordina es una pieza que se le pone a algunos instrumentos musicales para quitar estridencia. El sonido de la trompa, se modula con la mano en el pabellón.
La trompa, es un instrumento complejo: se emite una nota con los labios en la boquilla, tiene tres llaves para la mano izquierda y la mano derecha dentro del pabellón. La trompa es uno de los instrumentos más versátiles de viento-metal.
Director, orquesta y coro. Concertino. Solistas.
Salvo algunos directores que han sido considerados maestros absolutos (Karajan), el director de la orquesta es el encargado de dar su impronta a una partitura musical y su selección. Sería el coordinador de todos los elementos que integran el conjunto musical. Pero el autor de la partitura y por regla general, entrega un trabajo terminado que además de las notas del pentagrama se vale de otros signos. Si se es fiel a la partitura, queda poco a la improvisación.
La orquesta, es un todo en el que cada intérprete tiene un papel y un instrumento determinado. El coro lo forman personas que formando parte del todo, se distinguen dependiendo de las tesituras vocales.
El concertino, además de ser el primer violín e inmediato al director, suele ser el que afine la orquesta (en la).
Los solistas suelen ser la figura principal de un concierto y tanto la orquesta como el coro, lo arropan.
También hay orquestas de cámara.
Y hay recitales donde el intérprete está acompañado de un piano.
Hay instrumentos como el órgano o el piano que dan recitales sin precisar de otros.
Luego, están las bandas militares…y, las charangas.
Además, hay sordos que tocan de oído.
Como decíamos, el director, la orquesta, el coro, el concertino y los solistas, forman parte de un todo. Un todo que abarca la totalidad de individualidades.
Y hay veces que, sobre todo al viento-metal, se le pone sordina.
Una sociedad bien estructurada, es como nuestra gran orquesta. Cada cual tiene un papel que interpretar. No es muy común que el timbalero dirija la orquesta. Los clarines, están muy bien para las plazas de toros.
Hasta la fecha, dios no es director de orquesta (aunque algunos se lo crean).
Si un instrumento desafina, puede echar abajo todo el trabajo del conjunto; en nuestras sociedades, hay muchos que desafinan. Los hay que como el burro, hacen sonar la flauta; pero esto, es por casualidad.

La fidelidad a la partitura, es primordial. 

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