sábado, 21 de febrero de 2015

diSOLUCIÓN-UNIDADPOPULAR

Legalizado el PCE, gracias a los ingresos de la caseta de ferias, los comunistas de mi pueblo decidieron cambiar el alquiler por la compra y adquirieron una casa que cubría sus necesidades básicas: tener una neverilla y cuatro mesas para charlar de sus cosas mientras echaban una partidita de cartas. Hacia tiempo que habíamos centralizado la actividad política en lo municipal y los concejales preferían el despacho municipal a la sede del partido. Dejábamos, con la mudanza, un local amplio y cómodo para ser propietarios de una casa incomoda, fría y que olía más a pasado que a futuro.
Cuando, a mediados de 1986, el PCE apostó por la constitución de IU muchos de ellos se llevaron un gran disgusto. Temían que “su” partido, resalto el sentido patrimonialista, se diluyera o quizá que fuera alterada su rutina diaria con la incorporación de activistas y militantes de procedencia no comunista. Fueran cuales fueran sus temores, la mayoría de los viejos comunistas nunca se integraron activamente en IU, algunos puede que ni llegaran a votarla, y se limitaron seguir disfrutando de sus tertulias y sus partiditas de cartas. Simplemente cambiaron sus horarios para no compartir tiempo con los nuevos usuarios de la casa, que también incorporó el cartel de IU en su fachada.
Desde entonces, el PCE en mi pueblo vive el proceso inverso al de las agrupaciones que apostaron por la convergencia que los nuevos tiempos exigía. Desde 1986 no ha dejado de disolverse. De hecho, se disuelve a un ritmo de 2 o 3 fallecimientos por año y dentro de poco solo será el recuerdo de lo que fue. Apenas quedan una docena de lo que fue una agrupación que rozaba los 400 militantes. Muy puros todos ellos, muy del PCE y muy “ocupados” en que no se disuelva. Además, son la mayoría organizada que domina IU y para evitar que se disuelva la han “blindado” evitando que participe en Ganemos. El PCE de mi pueblo, con semejantes mimbres, ha ido siempre con el paso cambiado sobre las apuestas estratégicas de la dirección del partido.
IU concurrirá en las cinco capitales de provincia castellanomanchegas integrada en plataformas ciudadanas Ganemos o en colación con ellas. También lo hará en Talavera de la Reina y numerosos municipios de la región. Lo hace además dando cumplimiento a los acuerdos federales y a la resolución aprobada, el pasado 13 de noviembre, por la ejecutiva regional de IU-ICAM. Resolución que en su apartado tercero dice lo siguiente: “IUCLM va a trabajar activamente por el triunfo de la Asamblea Ganemos. Lo haremos con toda nuestra generosidad y defendiendo los ideales programáticos por encima de las responsabilidades, los cargos o las listas electorales”. En mi pueblo se incumple esta resolución y otros acuerdos de la dirección regional. Todos los intentos de consolidar la plataforma Ganemos han contado con la indiferencia de IU-PCE, que finalmente apuesta por concurrir en solitario y llamando a que otras organizaciones y colectivos se integren en su candidatura y asuman su programa.
Ahora, flexibilizando aun más la postura inicial para converger en candidaturas de unidad popular, la dirección federal de IU deja libertad a las asambleas para que consulten en referéndum a las bases y puedan así echar pulsos firmes al bipartidismo. Me temo que nuevamente nos quedaremos fuera de esta opción y dejaremos de ser la referencia por los resultados obtenidos en las elecciones municipales. Creo que numerosas asambleas locales estarán por encima de nosotros en número de concejales. ¿Habremos evitado entonces la “disolución” o seguiremos dando pasos hacia ella?
Para contribuir al debate sobre la unidad popular traigo como ejemplo el modelo chileno. La Unidad Popular se creó cuando, en octubre de 1969, miembros del Partido Comunista y del Partido Socialista, se acercaron a otros partidos de izquierda con la firme idea de crear un frente amplio que pudiera elaborar un programa político común para competir en las elecciones y unir a todos los sectores de izquierda del país. Participaron también el Partido Radical, el Movimiento de Acción Popular Unitario, el Partido de Izquierda Radical y la Acción Popular Independiente, incorporándose mas tarde la Izquierda Cristiana y el MAPU Obrero y Campesino. Además contó con el apoyo de la central sindical nacional, la CUT (Central Única de Trabajadores).
La iniciativa tuvo una gran acogida y el 17 de diciembre de 1969 se aprobó el programa básico de la coalición, que incluyó un diagnostico crudo de la realidad social, económica y política del país. Al mismo se anexó el programa marco que sustentaba a la agrupación. Abogaron entre otras cosas por: la construcción del poder popular, la profundización de la democracia y las conquistas de los trabajadores, y una política de desarrollo económico planificado. Tras ello, dieron a conocer a la opinión pública un documento llamado Programa Básico de Gobierno de la Unidad Popular en él que expusieron lo siguiente: “Chile vive una crisis profunda que se manifiesta en el estancamiento económico y social, en la pobreza generalizada y en las postergaciones de todo orden que sufren los obreros, los campesinos y demás capas explotadas, así como en las crecientes dificultades que enfrentan empleados, profesionales, empresarios pequeños y medianos y en las mínimas oportunidades de que disponían la mujer y la juventud”.
La España actual me recuerda mucho al Chile de 1969. La crisis es de proporciones trágicas y, políticamente, las cosas cambian a un ritmo vertiginoso. Aunque no les guste a muchos, esta situación en permanente redefinición nos obliga a revisar nuestros planteamientos estratégicos y nuestra actividad cotidiana. Los cambios que se avecinan, y los que ya estamos viviendo, configuran una realidad a la que tenemos que adaptarnos y frente a la cual no podemos permanecer impasibles, negándola, haciendo lo que hemos venido haciendo en los últimos meses…, nada.
Ya no pueden permitirse los intereses partidistas del pasado. Este no es un momento cualquiera, es excepcional, y como tal precisa que tod@s estemos a la altura de las circunstancias. De la estrategia de la resistencia y la acumulación de fuerzas, la ciudadanía ha pasado, sin contar con nosotros, a la de la ofensiva y la confrontación directa con los gobiernos partidarios del austericidio. Una situación que ha pillado a contrapié a la izquierda, en proceso de reidentización como movimiento político y en un contexto de retroceso ideológico. Y en el nuevo panorama político no parece que, aparentemente, el modelo partidista tradicional esté llamado a cumplir un papel relevante porque está siendo incapaz de conectar con los intereses, las esperanzas y la ilusión política que el pueblo español alberga.
En estos tiempos se hace más necesario que nunca que la izquierda esté a la altura. Si hay una cosa cierta es que ya nadie cree que el modelo del 78 sea reformable, ni que el cambio pueda venir siguiendo las pautas tradicionales. Sorprende que la ciudadanía lo perciba claramente y muchos cuadros políticos se resistan a verlo. Por eso la gente apuesta por la unidad popular, porque es la vía con la fuerza suficiente para impulsar las transformaciones necesarias. Unidad reclamada por el pueblo que deposita en ella sus esperanzas y que se implica y trabaja activamente por impulsarla. Un pueblo que, recordemos (porque a muchos se les olvida), lucha y sufre más allá del movimiento partidista y que irá por delante de nosotros si no estamos a la altura de las circunstancias. Por otra parte, no puede haber unidad del pueblo y no puede haber cambio sin que la izquierda esté presente para aportar su visión y su sentido social a la hora de hacer las transformaciones. Ignorar lo que está pasando y hacer como si nada ocurriera, además de irresponsabilidad política, sería el mayor de los errores estratégicos. Sin formar parte de la unidad popular, cuando se dan las condiciones adecuadas y ésta es necesaria, la izquierda no tendría sentido alguno porque su único objetivo es el de la transformación social.
En la construcción del poder popular la izquierda tiene un papel que cumplir, un papel que es ineludible y que ha de ser desempeñado con la mayor diligencia posible. Sin el aporte de la izquierda la unidad popular estará coja y se construirá sin atender a los intereses de las capas populares. No olvidemos que en momentos de cambio también aparecen los trileros y los interesados, preocupados más por su propio interés que por el futuro del pueblo y solo la izquierda puede desenmascararlos.
Así pues, en esta coyuntura histórica, en la que se requiere de una gran responsabilidad y generosidad política, y a pesar de todas las contradicciones normales en cualquier proceso de construcción de la unidad popular, much@s de nosotr@s, militantes de izquierdas, estamos aportando nuestro trabajo en proyectos tan ilusionantes y esperanzadores como Ganemos, donde es necesario articular las perspectivas de transformación social, con la puesta en práctica de reformas y medidas de urgencia que sienten las bases de la normalización democrática en Castilla La Mancha. Pero aun somos poc@s.
Algun@s compañer@s expresan su temor a que nos “disolvamos” o perdamos la identidad partidista. Es legítimo que lo hagan pero deben tener memoria histórica y recordar que ya formamos parte del Frente Popular sin habernos diluido ni perder la identidad, y que durante la dictadura franquista y los primeros años de la transición fuimos nosotros quienes impulsamos la unidad popular como respuesta ciudadana y salimos reforzados, que impulsamos IU tras la movilización contra la OTAN y seguimos vivos. Frente a la apuesta por la Unidad Popular pueden optar por el modelo de los comunistas de mi pueblo: ser impermeables a la realidad y defenderse de cualquier contaminación externa sacando pecho con su pureza ideológica. Sepan entonces que su “disolución” no será inmediata. Será progresiva, a un ritmo de 2 o 3 por año. Y creciendo. Esa disolución es la realmente peligrosa porque es irreversible y es para siempre.
Plumaroja


1 comentario:

  1. El momento es excepcional ! sin duda alguna ! ." la situación a pillado a contrapié a la izquierda " ¿ que izquierda ? ¿ el PSOE es izquierda ? . La izquierda desde la Transición e incluso en el momento mismo en que se estaba " fraguando " ha ido acomodándose , unos integrándose a " la buena vida " otros deslumbrados por el coche oficial , los despachos grandes y bonitos , otros hasta aceptando sobornos , tarjetas negras y privilegios diversos , alejándose así de la ciudadanía y pareciéndose cada día algo mas a los " señores del poder ", nada pues mas normal que los ciudadanos " vayan por delante de los partidos " de la actual izquierda . Parece razonable lo de la construcción de la unidad popular , pero solo para ganar elecciones , pero una vez ganadas ¿ que ? . Recordemos el Frente Popular de la II Republica ( quizás fue su primer error ) o la unión del PC con otros pequeños partidos para formar IU por citar algunos ejemplos ¿ cual han sido los resultados de estas " convergencias " en el transcurso del tiempo ? . Unidades populares , convergencias de la izquierda , frentes populares o como quiera llamárseles ahora , parece razonable que son un buen instrumento para ganar a los de siempre , es cierto que el momento requiere algo de esto y que quizás otra oportunidad similar tarde mucho tiempo en presentarse, pero no es menos cierto que el gestionar desde el día después de la victoria se ira haciendo mas difícil porque volverán a surgir las posiciones particulares de cada uno de los integrante de esa " convergencia " y sin olvidar que los " otros " pueden perder unas elecciones pero NO por ello dejaran de estar presentes .¿ Sera quizás por todo esto por lo que Podemos se muestra " reacio " a formar parte de una " sopa de letras " ? . Interesante y difícil situación

    ResponderEliminar

DEJA AQUÍ TU OPINIÓN

SUMAR, EL ENÉSIMO DISPARO DE FOGUEO CONTRA EL RÉGIMEN DEL 78

Tras la muerte de Franco, ninguno de los movimientos de izquierdas impulsados desde el PCE ha puesto en riesgo el sistema, es más, ni siquie...